Una reflexión que no puedo contener.
Desde hace décadas una ola de educadores y defensores del niño recorre el mundo y sobre todo el llamado “Occidente” reclamando y enarbolando “la no violencia contra los niños”. Un azote en el trasero llegó a ser condenable e incluso denunciables judicialmente en algunos países. Mi generación que fue educada en las escuelas con la amenaza del palo del maestro, es la que empezó su rechazo a este modo de educación, y la siguiente lo llevó hasta puntos extremos. Así hasta que ayer comprendí que no eran sinceros en su visión de cómo hay que educar a los hijos ni autónomos en su decisión,sino obedecían a un rol que se les impone de un sistema, que no sé qué dirección ostenta.
Ayer unas imágenes de una madre pegando a su hijo dieron la vuelta al mundo, las cadenas las repetían y repetían, de un maltrato pasó a ser un acto de heroicidad, ¿por qué?. ¿POR QUÉ? Supe la respuesta al instante, esa que da cubertura a la llamada moral hipócrita, que y como siempre está detrás de ella el dominio de las masas por el poder establecido. Ayer vi como ese poder lo defienden hasta rozar la idiotez las masas manejadas por la poderosa maquinaria de los medios. Ayer demostraron al mundo los medios, que la prensa libre aunque quisiera serlo está sometida a un rol invisible y es manipulada por él.
Ayer hubo cadenas de tv en España que abrieron el informativo con las más que vergonzantes imágenes, donde una madre pegaba y humillaba a su hijo en público, a la que el rol defensor de lo establecido y viniendo del “Gran hermano” EEUU, la convirtió en heroína y la llevaron a los platós de tv. Era el mensaje que daba el poder en todos sus estamentos: gubernamentales, asociativos, informativos y me atrevo a decir también sociopolíticos, todos ellos daban visado a la omnipresente farsa moral para que se manifieste con toda gala, en un día que deberíamos movilizarnos contra el racismo que ejerce la policía del “Gran hermano” contra la menoría negra. Pero Ayer no estuvo presente Martin Luther King, tampoco Nelson Mandela, solo estuvieron los loros de las pantallas de tv que repetían y repetían lo que les dictaban desde la bola mágica del Tío Sam. Ayer cayeron los mitos y los puestos de venta del mercadillo de la moral enmascarada y manipulada, nunca sincera y verdadera.
30 de abril 2015
Abdo Tounsi
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