La convulsión y/o la compulsión del mundo árabe
2ª Parte-CARNAVAL DE POLÍTICAS Y POLÍTICOS
La situación geopolítica del mundo árabe actual, es la consecuencia de unas manos y mentes muy enemigas del bienestar de la población de este mundo, que su mosaico: étnico, lingüístico, económico, religioso… etc. se encuentra bajo mazazos continuos, infringidos desde fuera y desde dentro, que le hacen cada día más añicos. En la antigüedad y en su larga historia lo hubo también, por lo tanto no es nada nuevo, lo único que esta fase dura demasiado, en un mundo que cada día se fortalece con alianzas y uniones de intereses comunes. Lo que se llamaron “los reinos de taifas” en Al-Ándalus que llevaron a la caída del reino andalusí, se repite desde hace casi un siglo en la mismísima casa árabe, es como si el califato fuera reduciéndose de fuera a dentro. Perdiendo las provincias de fuera del área árabe, epicentro del califato y dejando penetrar la ola rompedora en él, produciendo en la misma múltiples pedazos.
Ya hemos visto cómo se produjo ese resquebrajamiento del califato y más tarde en el mundo árabe que no fue solo obra del colonialismo, sino también de muchas más manos desde dentro. Algunas por egoísmos tribales, otras por intereses familiares, otras por ingenuidades… pero el resultado es el desastre de un hogar, que se dividió en varias casas, pero ninguna pudo dar a sus habitantes el hogar perdido que a pesar de los pesares, sigue siendo el refugio cultural y social de las distintas poblaciones de ese mundo árabe quebrado. Un ejemplo de lo que digo, es que cuando salió la primera manifestación en Tunicia pidiendo la caída del régimen en lo que se llama “primavera árabe”, ese eslogan recorrió desde Marrakech hasta Omán, es porque este mundo llamado árabe, lo puedes cruzar desde Omán hasta Marrakech sin que te encuentres con un solo obstáculo natural; de esa forma se forjó una unidad cultural y social desde hace siglos y es la misma que hizo que ese grito, recorriese los países árabes artificialmente constituidos en Estados, reclamando libertad y justicia. Todos vemos que cada vez que tenemos una agresión sionista a Palestina, el sentimiento de hermandad sociocultural solidaria, recorre también esa geografía.
Volviendo a la realidad histórica de la cual me avalo para calificar la situación política árabe desde la caída del imperio otomano, de CARNAVAL DE POLÍTICAS Y POLÍTICOS, nos encontramos con una amalgama de colores de distintas tendencias políticas y un sinfín de intereses entrecruzados, que hicieron y hacen imposible que ese mundo se levantara para ponerse de pie como lo hicieron muchas naciones del mundo. El ejemplo de países con la misma tradición cultural islámica en el sur asiático, es una clara demostración de que solo con un trabajo serio y un sistema de alternancia política podría levantarse un país. Ese carnaval tiene muchas funciones y nunca se acaba, cada personaje de la política árabe sea: rey, emir, presidente reinante (república monárquica) hasta el más pequeño gerifalte de ellos, lleva una máscara, aunque hubo quién se la quitó durante una época (Naser) pero no pudo estar sin ella, cuando desde el beneplácito de millones de árabes, siguiendo el rastreo de su capa para liberar Palestina y reunificar el mundo árabe, tuvo que lidiar con regímenes árabes mucho más fuertes económicamente y los necesitó para la causa árabe común (Palestina) de la cual todos se rasgan las vestiduras, cada vez que se les exige una respuesta a las continuas violaciones sionistas, alegando mil y una excusas.
Desde muy joven he presenciado el baile en este carnaval y el cambio de parejas es constante y mareante, sin ritmo alguno, ni siquiera tiene gracia. Son tan bordes y tan malos bailarines los políticos árabes, que los trajes de política nacional e internacional les quedan muy grandes o tan pequeños que se rompen, enseñando las vergüenzas al primer movimiento.
Para ser más concisos, haré un simple repaso a esas políticas que con solo nombrar la mal llamada Liga Árabe, nos damos cuenta de la intencionalidad de hacer lo contrario de sus estatutos, que proponen acciones conjuntas para la reunificación. Ejemplo de ello el mercado árabe común, que ni funciona ni funcionará nunca, porque no están homogeneizadas las políticas económicas de estos Estados, que firman los acuerdos como calmantes para las iras de sus pueblos y sin ir más allá de una declaración. Eso mismo lo podemos aplicar sin equivocarnos en ninguno, a todos los intentos de reunificación dentro de ese cadáver llamado Liga Árabe.
El cambio de parejas en el baile de ese carnaval político árabe, hizo mucho daño; la nación no se levanta y pierde presencia entre las naciones del mundo. Los intereses solo se centran en cómo estar con uno hasta ver la oportunidad de bailar con otro, sin importar las consecuencias. Las visitas y recibimientos en los aeropuertos de tal o cual gerifalte a otro no menos atractivo para el momento, reflejaba y refleja el desconcierto de esa política basada en un proyecto de sálvese quien pueda, dentro de un esquema de usar y tirar. Oír a uno de ellos exponer sus ideas para la nación, o al menos para su población, es oír la misma y la mala música con un disco rayado.
No nos hacen falta ejemplos para demostrar esa nefasta política, contraria a la que llevaría al mundo árabe a estar entre las avanzadas naciones, teniendo riquísimos recursos y no me refiero solo al petróleo que sus beneficios quedan como el mismo alquitrán en la superficie, matando la naturaleza del potencial humano, es la población a la que me puedo referir como el gran caudal de inagotable recurso. Tenemos la población más joven del mundo y muchos están muy preparados, de los cuales encontramos cientos de miles de ellos por el mundo, trabajando en levantar otras naciones, mientras la suya anda a la pata coja por la falta de una política de libertades y alternancia en el poder, anclada en un pasado que solo beneficia a esos regímenes que hacen alarde de su buen trabajo, falseando las realidades para la población, a través de cientos de canales de engaño colectivo. Pero la mentira tiene las patas cortas y no puede correr en el mundo de hoy en día, donde a la persona más alejada de la civilización le llega la información al instante, un hecho muy preocupante para estos dictadores que están viendo como sus poblaciones o al menos una parte importante de ella, ya no se dejan engañar y les hacen la vida imposible, pero claro “antes yo que el país” gritaría el que lleva el bastón de mando, desde sus galerías de palacios marmolados y los suyos gritarían “antes quemamos el país que dejar caer al régimen” (ya se ha visto y se ha escuchado).
El carnaval continua y el baile también, pero atentos, la sala ya no es segura.
Octubre 2013 Abdo Tounsi