El disparate de llamar a las cosas en Palestina

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Editorial de PALESTINA HOY  9 de septiembre de 2012 Por: Abdo Tounsi - TunSol

El disparate de llamar a las cosas en Palestina

Las noticias: “Los 'indignados' palestinos /Abbas asegura que su Gobierno no reprimir  las "legítimas" protestas contra la crisis económica palestina”

“El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha asegurado este sábado que su Gobierno no disolverá violentamente las "legítimas" protestas de la población cisjordana contra la crisis económica derivada de la falta de ayuda internacional.”

Llamar indignados a los palestinos que protestan por falta de presente y de futuro, es un intento de hacer ver que los territorios ocupados tienen autonomía o se parecen a un Estado o algo por el estilo llamado Autoridad Palestina, que en realidad ni es autoridad ni es autónoma. Es un invento que nos  hemos tragado con un veneno de muerte lenta allá en los acuerdos de Oslo, pero y después de muchos años de una enfermedad mortífera, algunos hemos tomado el antídoto y estamos en una situación que nos permite llamar a las cosas con su nombre, incluso el actor palestino de excelencia de aquellos acuerdos el Sr. Arafat, se dio cuenta y lo tomó, pero ya le habían suministrado el real en fórmula  de Polonio 210, del que no tuvo tiempo para tomar su antídoto. Pero esto no les sucede a estos políticos palestinos de escenario roto y de bastidores de cristal, siguen empeñados en llamar a las cosas con términos ficticios y en montar su palacio de naipes.

Decir que las protestas de los palestinos de estos días es por la cuestión económica, entra en este juego de palabras para ceñir la cuestión palestina al pan de cada día, y darle un carácter localista y de ámbito puramente interino, cuando en realidad aunque tengan su pan de cada día, no les hará levantarse de debajo de las botas del ocupante, que cada día es más pesada. De ese modo la POTENCIA OCUPANTE está lavándose las manos de su gran responsabilidad ante una población que al día de hoy, ni existe ni tiene presencia en ningún plan para el Estado sionista como habitantes, solo se les tiene en cuenta como un obstáculo que está impidiendo completar la segunda fase del “Gran Israel”.

Las cosas no son en la realidad palestina como las de los países árabes, aunque en ciertos aspectos y especialmente el de los políticos hay semejanza en querer perpetuarse en el “poder” (algunos no son solo viejos y siguen en la cúspide del “poder” sino hay algunos que son ya ancianos) No son iguales porque ni hay Estado ni hay autonomía real donde se pueda depurar responsabilidades, lo que hay es una farsa que algunos palestinos de dentro y de fuera se creyeron y la siguen y es la misma del BLA… BLA… BLA… de que representa el imperio del Mal con su productor sionista. Esto les hace estar en un estado psicológico de pura fantasía de las cosas, nada más lejos de la realidad.

Hace unos meses hubo un brote de protestas en Palestina que se basaba en un hartazgo colectivo del estado de las cosas, donde se tomó la división política palestina como motivo principal de ellas, pero pronto fue abortada y en algunos casos con violencia, tanto en Cisjordania como en Gaza. Al parecer “la primavera árabe” solo la ven algunos para tal o cual régimen, pero no para todos, entre ellos la mal llamada Autoridad Palestina. Bien, pues este movimiento del hartazgo sigue latente en el seno de la juventud palestina aunque algunos intentan dar carpetazo a ello utilizando las artes de la política… Que no se vayan muy lejos para ver la consecuencia de estos juegos de malabares, que miren alrededor y verán que sus días están contados.

Palestina sí que no es como Tunicia, ni como Egipto, ni como Libia tal y como decían sus presidentes durante las revueltas de un país respecto al otro, pero sí tiene semejanza en los políticos que participan en confundir al personal, para sigan creyendo en su autoridad ficticia.