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Editorial de PALESTINA HOY 7 de septiembre de 2012 Por: Abdo Tounsi - TunSol
Una ética a toro pasado
Las noticias: “El Terror de los Niños Palestinos”
““Los niños palestinos salían de la escuela al final del día, regresaban directamente a sus casas y hacían mucho ruido con sus petardos... Esto es absurdo. No sé donde nuestro estúpido jefe de batallón sacó esa descabellada idea: comenzamos a perseguir a los niños durante nuestras patrullas. (...).”
Para acercarnos al tema leemos en la prensa lo siguiente: “La ONG Breaking the Silence (Rompiendo el Silencio), recoge desde hace varios años las historias de soldados que sirvieron en los territorios ocupados. Estos miles de horas de entrevistas, filmadas o transcritas, dan testimonio de la barbarie de la ocupación, los crímenes de guerra y la humillación ordinaria que experimentan los palestinos al cruzar los puestos de control.”… De estos hechos tenemos desde hace décadas cumplida información y de forma directa de los niños y no niños palestinos que han sufrido estos abusos. Produce resentimiento el saber que todo el mundo conoce estos hechos y que no se ha hecho nada para que cesen, ni siquiera las ONGs defensoras de los derechos de los niños, han puesto el grito en el cielo u otras organizaciones defensores DDHH como lo hacen con un solo hecho cometido en países del tercer mundo.
Tampoco se entiende el despertar repentino de algunos “soldados” que han participado de forma directa en perseguir y fustigar a los niños palestinos, aunque es de agradecer en cierto modo, pero nos queda la triste y amarga situación de estos niños que no tuvieron el amparo de la justicia, ni siquiera de los que hoy se declaran objetores de conciencia. A TORO PASADO, todo es fácil de ver y de decir, pero a estos niños con secuelas psíquicas no les cura el saber que sus verdugos, hoy, piensan que han hecho algo malo, tampoco vemos que se les ha dado atención especial para enfrentarles a esos objetores de conciencia y marcar un antes y un después en relación a los episodios que sufrieron, para que al menos tengan una consideración al recibir una disculpa.
Y qué decir de la sociedad del Estado sionista, aunque haya quién está en contra de la ocupación o de hechos como los que narran los “soldados” y objetores de conciencia, en ningún momento vemos un movimiento sincero y con sentido de la preocupación de los DDHH, para que creamos que algo se mueve en esa sociedad. Las pocas organizaciones pro DDHH y su poca afiliación demuestra que es una sociedad levantada para y por sostener a un Estado usurpador y criminal. Para que nos creamos que estas declaraciones tienen repercusión en esa sociedad, habría que ver una disminución en los actos salvajes contra los niños palestinos en los territorios ocupados, porque sería entonces que los “soldados” que son hijos de la sociedad hayan recibido bien el mensaje y actuarían acorde a una educación cívica encaminada a respetar al prójimo. De lo contrario estamos ante un despertar momentáneo de una conciencia que está en coma profundo de esa sociedad profundamente racista.
La ética no se mide en un momento ni en un acto, la ética es algo que se tiene por educación y convicciones. Mientras no se abandone la educación sionista en las escuelas y en las familias, no habrá conciencia colectiva del mal que hace el Estado sionista y el odio que siembra al infringir estas atrocidades contra niños y adultos bajo un régimen de POTENCIA OCUPANTE que, según el derecho internacional, es responsable de salvaguardar la salud y los bienes de la población ocupada.
Esta ética a toro pasado necesita que se transforme en realidad cuanto antes, para que se paralice de una vez por todas, las agresiones a los niños palestinos y se castigue a los responsables en tribunales internacionales.
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