Los enemigos de Palestina
En el colegio de mi hijo les encargaron a los alumnos un trabajo que se llamaba “Detectives de nuestro pasado”. Se trataba de investigar de dónde provenían sus abuelos, contándole al resto del curso las costumbres y tradiciones de ese país y las circunstancias por las cuales se vinieron a Chile. Mi hijo, emocionadísimo, hizo un trabajo sobre Palestina, y mientras lo hacía, se iba impregnando de su identidad. Cuál sería su sorpresa cuando al momento de presentar frente a su curso, uno de sus compañeros levantó la mano y dijo “Pero Palestina no existe, en el mapa ahora hay otro nombre y la bandera tampoco está en el póster de los países”. Con esa frase, la Palestina de olivos y naranjas se iba esfumando, llevándose consigo el sentido de identidad de ese niño que se aferraba a lo que en ese minuto era más tangible: ser chileno. Cuando me contó cómo le había ido, sólo pude recordar y honrar la memoria de mi abuela, que en cada gesto suyo nos traía un trocito de su Palestina natal, “para que ustedes ni sus hijos ni los hijos de sus hijos se olviden de dónde somos”, decía en su rústico español.
El olvido es un gran enemigo de Palestina. Cada vez que olvidamos a Gaza y a Cisjordania, ese trocito de Palestina que nos traían nuestros abuelos va desapareciendo. Pero este enemigo no va solo. Lo acompañan sus aliados: la insensibilidad, el desconocimiento y el silencio.
La insensibilidad se manifiesta cuando se pierde el sentido del valor de la vida humana, toda vez que la cantidad de bajas civiles por la situación de beligerancia pasa a ser “parte del paisaje”, cuando hojeamos día tras día la prensa con estas noticias sin siquiera reparar en lo que encierran esas cifras. Cuántos sueños cortados de raíz encierran los ojitos cerrados de tantos niños palestinos y libaneses bajo los escombros de sus casas; sueños que podrían construir una Palestina mejor cada día, con una paz justa y duradera.
El desconocimiento y el silencio, que aparecen cuando callamos cada vez que nos piden una opinión porque no sabemos. O peor aún, cuando callamos cuando debiéramos hablar, porque preferimos no involucrarnos.
En este número de Al Damir los invitamos a ir desterrando estos enemigos. Nuestro aporte apunta a vencer el desconocimiento a través de la información, para lo cual hemos preparado un especial con lo que hay que saber sobre la situación actual de Palestina. Desterrar el silencio, el olvido y la insensibilidad será parte de cada uno de ustedes.
Aprovechamos de agradecer también a todos y cada uno de cuantos colaboraron con nuestra campaña “Medicamentos para Palestina”; logrando reunir la cantidad de US$ 250.000 que fueron enviados en dos contenedores a Cisjordania y la Franja de Gaza, en una de las campañas más exitosas de las comunidades palestinas alrededor del mundo. A quienes no pudieron colaborar en esta oportunidad, nuestra invitación abierta para poder hacerlo en las próximas campañas.
Y venciendo a estos enemigos, para nuestros abuelos esos trocitos de Palestina transmitidos en cada gesto no habrán sido en vano; y nuestros hijos y nietos algún día también verán esa bandera en el póster del colegio, y el nombre de Palestina luciendo orgulloso en el mapa.
Jorge Daccarett
Director ejecutivo Fundación Palestina Belén 2000 Chile
Fuente Al-Damir (La conciencia) 2006
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