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Editorial de PALESTINA HOY 30 de agosto de 2012 Por: Abdo Tounsi – TunSol
Vence el amor y la humanidad sobre la sinrazón sionista
Las noticias: “Gaza: Una novia al final del túnel…Para muchos gazatíes hay amor y luz al final del túnel”
“Mai Ahmed, de 26 años y residente de Cisjordania, conoció por Internet a Mohammad Warda, del campamento de refugiados gazatí de Nussirat. Cuando quiso viajar a Gaza, el gobierno israelí le negó el permiso y así comenzó su periplo / Taher Musilmani y Rita Isaac se han visto sólo una vez, cuando él atravesó por los peligrosos túneles la frontera entre la Franja de Gaza y Egipto, para poder casarse con el amor de su vida.”
Vence el amor… Vence la humanidad… Se derrota la sinrazón sionista. Podrán cerrar fronteras, podrán construir los muros más altos del mundo, podrán poner las leyes que quieran, pero no podrán doblegar la razón de nuestra existencia y su ritmo natural. Leyendo estos relatos sobre cómo la vida es más fuerte que todos estos criminales pensamientos y las cabezas que los contienen, me recuerda a esas semillas que están en la tierra años y años sin brotar, pero cuando tienen la mínima posibilidad de renacer, brotan manifestándose majestuosamente, derrotando a la muerte a la que fueron condenadas durante años. Es la vida, es el amor a la vida, es la genética que no deja de reproducirse, sus fuerzas no las vencen ni los tanques ni los aviones de combate, ni todos los misiles teledirigidos por la maldad de algunos seres humanos.
Seres humanos y por encima de todo somos parte de fuerza de la naturaleza, es nuestro secreto de sobrevivir a las catástrofes y vencer a las penurias con todo el derecho a vivir en pareja, en familia y en sociedad de bien. Hace unas semanas un preso palestino con su decisión y voluntad de engendrar un varón junto a su mujer, su genética traspasó los barrotes de la cárcel sionista y llegó para juntarse con la de su mujer y de allí nació una nueva vida ¡Admirable! Toda una hazaña, es como esas semillas que esperan el momento oportuno para brotar vida.
El amor y el deseo de y ¡cómo no! la necesidad imperativa de formar familias, los jóvenes palestinos de ambos sexos se empeñan en hacer de la vida su razón de existir, venciendo a la muerte y las leyes injustas que el Estado sionista les imponen, negándoles lo más básico de los derechos del ser humano; El derecho a la vida. Lo llamativo de todo esto es que la maldad está ciega, no ve la vida y se empeña en la muerte y la destrucción, como es lógico, no podría ser de otra manera.
Me gustaría que os leáis la historia de Rita y Taher dos enamorados que el sionismo les condenó a estar separados a pesar de ser marido y mujer. De su historia sacamos la esencia de la crueldad sionista y su afán en seguir nadando contra corriente, queriendo impedir el desarrollo natural de la vida de unos seres humanos, que por circunstancias adversas se encuentran a merced de la bota de la brutalidad del sionismo, en su propia tierra bajo una ocupación y un Apartheid que trunca su vida.
Sigue el amor…Sigue la vida a pesar de todas las adversidades… Vence el amor y la humanidad sobre la sinrazón sionista.
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