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Editorial de PALESTINA HOY 27 de febrero de 2013 Por: Abdo Tounsi - TunSol
Cuatro días de torturas y un funeral
Las noticias: “Prisionero político Arafat Yaradat falleció a manos del ejército israelí 4 días después de su detención /La autopsia confirma que Israel torturó hasta la muerte a joven palestino preso.”
“El ministro para los Asuntos Penitenciarios de la Autoridad Palestina, Issa Qaraqe, aseguró este domingo que durante la autopsia se encontraron seis huesos rotos en el cuerpo de Yaradat: en su cuello, en su columna, en sus brazos y en sus piernas. Del mismo modo, durante el examen del cadáver se descubrieron heridas en el interior de su labio inferior, contusiones en el rostro, dos costillas rotas y sangre en la nariz. Todo ello indica que el joven fue víctima de torturas mientras se encontraba bajo custodia israelí.”
Por cuatro piedras que lanzó el mártir Yaradat lo tuvieron encarcelado y sometido a un interrogatorio y una tortura severa durante cuatro días y en el quinto tuvo después su funeral. Este es el alto precio que paga el pueblo palestino por la ansiada liberación… no es la primera vez que en la historia se repite la misma caminata de la muerte entre los aspirantes a respirar aire de libertad. Porque los déspotas andan de mano de la muerte segando vidas inocentes, de esto el sionismo tiene un doctorado y muchos masters de LA UNIVERSIDAD DE LA FATALIDAD.
El cuerpo de Yaradat no pudo aguantar las torturas y cayó como es el deseo de sus verdugos para él y para todo el pueblo palestino, pero éste es infatigable y a lo largo de la historia ha demostrado que es inmortal, cae uno y se levantan cien, son la sal de la tierra que les vio nacer y con orgullo les acoge en sus entrañas, para demostrar al mundo entero que sus hijos son el fruto de amor y dignidad.
Se le oye a la tierra palestina decir: avanzad hijos míos, se le oye en cada esquina, en cada pueblo, en cada olivar, en cada iglesia y mezquita… Avanzad hijos míos… Avanzad que la libertad bien merece que mis raíces se pringuen de vuestra inmaculada sangre… Avanzad con las “palestinas” sobre cabezas y hombros, no dejéis de cantar vuestro himno nacional “Mi tierra, mi tierra” es que me siento alagada de ser vuestra tierra… Avanzad hijos míos, vuestras pisadas sobre mí, cuantas más fuertes son, más os siento míos.
Así debió oír el joven Arafat la llamada de la tierra, la tierra de sus antepasados y de sus hijos que han quedado huérfanos de padre pero tienen a dos madres, una les educará con el recuerdo de su padre y les preparará para la llamada de su otra madre…Madre tierra, que les inyectará de amor y dignidad para que sean la vanguardia que lleve el estandarte de cuatro colores: rojo, color de la sangre derramada de los mártires, negro el corazón de sus enemigos, blanco el de su pueblo y verde es el de su madre tierra.
Cuatro días de torturas y un funeral, es lo que pagó Arafat Yaradat y Palestina entera le llora, le rinde el debido respeto y pide justicia ¿Le escuchará el mundo?
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