CONSTRUIR PUENTES DONDE QUIEREN SEMBRAR ODIO
Traduce y redactado por: GWENDOLINE TAFFIN – TUNSOL 
En varias partes del mundo, algo está ocurriendo, un despertar, el despertar de la comunidad judía, de parte de ella, y en este despertar, en Francia, por dar un ejemplo, voces se alcen contra la política islamofobia favorecida por la impunidad y el silencio institucionales... en este marco, un discurso del presidente" socialista", François Hollande, durante el segundo congreso de las comunidades judías de Francia, provocó la indignación entre ciertos oyentes, en efecto, ¿cómo poder hablar de Israel sin nombrar siquiera a Palestina?
También indignación por la prioridad dada a una comunidad (judía) sobre otras (musulmana)... en resumen, algo está cambiando y donde unos siembran odio, otros construyen puentes con la idea de que verdad y justicia, sólo puede haber una
Esta carta está escrita por un ciudadano francés (judío) a quien he pedido que se nos presente: (he traducido la carta intentando ser lo más fiel posible a su pensamiento)
"Ser judío de otra manera" es la respuesta al desprecio de los propagandistas de Israel. Estaba frente a un totalitarismo: a falta de someterme a su doctrina guerrera se me estaba echando como un escupitajo "judío con odio hacia sí mismo", ¡pues no! orgulloso de ser judío, y de mí mismo, porque soy diferente de ellos, es aquellos salvajes.
Esta cuestión de identidad judía ha resultado más crucial de lo que me había imaginado al principio. Antes de estos acontecimientos relegaba en la espontaneidad esta dimensión, Ser judío era para mí a la vez una evidencia y algo indefinible, ya que no religioso. Fue obligado a mirar más en profundidad esta identidad judía tejida con mis otras entidades.
El peso del subjetivo me trae una identidad judía asociada a una historia, la de mis antepasados y esto implica obligaciones. Obligaciones aplastadas por la política actual Israelí. Este retorno y este reconocimiento de esta identidad era a la base, personal, se ha revelado central para volver a encontrar una resistencia victoriosa contra la decadencia cada vez más extremista.
Con un grupo de amigos judíos pacifistas, nos cuestionábamos sobre las causas de nuestros fracasos desde hacía tantos largos años. ¿Qué era lo que traía un periodo tan largo de ambiente guerrero? En todas parte (o casi todas) las locuras mortales se desalientan en pocos años (USA, Francia, Rusia...) Pasado el entusiasmo imbécil por el lenguaje de las armas, los pueblos vuelven a pensar en encontrar una salida al abismo. ¡Nosotros no! incluso el ambiente ha empeorado durante largo tiempo (ya no es verdad desde hace poco). En nuestras análisis, comprobábamos una identificación tan fuerte a Israel que el espíritu crítico estaba perdido, todo estaba presentado como positivo... incluso por los julios franceses, a pesar de ser acostumbrados a criticar duramente el poder político instalado sin experimentar ninguna culpabilidad para con el país. Y volvíamos a caer sobre esta misma pregunta de la identidad. ¿Qué es ser judío cuando no se es religioso? Si además se toma uno sus distancias con Israel por su política expansionista y de limpieza étnica... algo para desanimar y llevar a renunciar a esta identidad, lo que, parte de la oposición elige. Resignarse a esta situación llevaba a abandonar nuestra identidad a la dominación de la peor extrema derecha y en realidad a la desaparición de toda nuestra historia. El combate por la paz de esta manera, está perdido.
"Ser judío de otra manera" se ha revelado crucial: la identidad judía existe de verdad fuera de estos bárbaros que han dominado. Y esta identidad tiene largas raíces en nuestra historia, hechas de ética y de respeto al humano. Estas referencias ashkénazes que he visto vivir en mis abuelos, mis padres, eran fuertes de solidaridad, de defensa por esta solidaridad contra el miedo del antisemitismo, la seguridad común defendida por todos, todos juntos. Como lo proclamaba el batallón judío de las Brigadas Internacionales: "estamos aquí para vuestra libertad y la nuestra" Justos combatimos para el respeto de todos.
Es este compromiso que prevalece a cada una de mis intervenciones públicas. Sé que no soy el único, cada uno manifestándose a su manera. Queda que nuestra in organización constituye un severo hándicap para la organización judía por la paz.
Cuidadano Serge Grossvak
A continuación la traducción de la carta escrita por Serge Grossvak al presidente François Hollande (el enlace corresponde al discurso de referencia pero dado que se denuncia lo que el presidente NO ha dicho ni nombrado, no he juzgado útil traducirlo)
Carta de un ciudadano francés al presidente Hollande
Señor presidente de la Republica
Palacio del Eliseo
¡Oh señor Presidente, que olvidadizo es usted!
Adivino que su cargo es pesado, que usted tiene que pensar en todo. Entonces, olvidar una palabra, la palabra Palestina, es tan poco, tan pequeñamente pequeño...
El Domingo 2 de Junio, se ha desplazado hasta el " Congreso de las comunidades Judías " y usted ha pronunciado un discurso magnifico. Todo constaba. Usted cito los valores fundamentales, humanos, que le animan. Ha demostrado su gran preocupación por 5 países. Pero en su prisa, o su emoción, usted omitió uno. Uno sólo y se echa todo de menos. Usted olvido Palestina
Escuchar el discurso del señor Presidente
¡No es más que un pequeño olvido ya que referente a tan pequeño país, pero las consecuencias son enormes! Señor Presidente de mi país, usted no puede quedar así sin repercusiones, hay urgencia a recuperar esta errata. Perdóneme hablarle de esta forma pero mi deber de ciudadanía y de respeto de los valores que usted ha expuesto me obligan a esta franqueza
Señor Presidente, ya sé que usted es "de izquierdas", y que usted siente un sentimiento idéntico hacía otras religiones, incluso hacía el Islam. Pero aun así, Señor Presidente, me sentiré más aliviado el día que usted se dirigirá a la conferencia de los religiosos musulmanes y que usted les expresará los mismos respetos y simpatías, sobre todo idéntica confianza en sus valores. Porque de oírle de aquella manera, si esto sólo tendrá lugar en este sitio, se podría creer en su sumisión. ¡Qué desastre! ¡Qué amargo será! para nosotros, Judíos, con tal imagen antisemita de superpotencia. ¡Qué desastre será! para la paz que la de mostrar Francia sumisa, incapaz de ir hasta el final de sus exigencias de derecho y de respeto del humano
Señor Presidente, usted evoca en su discurso, con convicción que "la vida puede ganar sobre el odio". Si existe una lección que saco del vivido por mis padres y abuelos, de su llegada en Francia, llenos de esperanza, es que esta vida fraternal necesita un compromiso y una vigilancia de cada instante. Olvidar el trato que está reservado a los palestinos en aquel lugar y delante del embajador de Israel podría atañer a la complicidad de opresión, de negación de un país cuyo reconocimiento había exigido Francia. Tales actos no pueden ser más que fuentes de odio. Si quedarían sin rectificación.
Por supuesto esto no puede ser ni su convicción, ni su objetivo. Usted es de izquierda, entonces es un olvido, un desafortunado olvido. Imagínese, Señor Presidente, si usted tuviera que ser asociado a las peores propagandas de nuestra extrema derecha del campo del Likoud de Netanyaou, a la manipulación del dolor y del miedo, al combate contra el antisemitismo distinguido entre todos los combates contra los racismos y la islamofobia, un consentimiento a la limpieza étnica y a la expansión territorial Israelíes... O imagínese, Señor Presidente, como usted saldría pequeño, pequeño, tan pequeño por dar la espalda a los valores de justicia y de respeto compartido.
Ciudadano Serge Grossvak
No hay comentarios:
Publicar un comentario