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Editorial de PALESTINA HOY 25 de octubre de 2012 Por: Abdo Tounsi - TunSol
Sociedad racista, sociedad sionista
Las noticias: “La mayoría de los judíos israelíes, a favor de un «apartheid» en Cisjordania según un sondeo”
“Según la encuesta, llevada a cabo por el grupo Dialog este mes, revela que el 59 por ciento de los israelíes ven con buenos ojos dar preferencia a los judíos sobre los árabes, en los puestos de trabajo de la administración civil y gubernamental. Lo que es peor, un 42 por ciento quieren que el estado trate mejor a los ciudadanos judíos que a los árabes y el 42 por ciento no viviría en un edificio con vecinos árabes ni llevaría a sus hijos a una escuela donde acudan niños árabes.”
No nos rasgamos las vestiduras, ni mucho menos, no es que no lo supiéramos, solo que la denuncia viene desde dentro de este Estado racista por: educación, nacimiento, proyección futura y sobre todo por el pensamiento sionista que anida en las mentes de su población. La encuesta no es solo un reflejo de los comportamientos racistas de esa población, sino es la afirmación de la entidad sionista de los mismos. Sin lugar a duda, están en posición de defender un pensamiento único en su género, al que no se le conoce naturaleza alguna, es ajeno a nuestra naturaleza en estructura sociológica como seres humanos, caben todas las hipótesis sobre el particular, la de un parásito destructor de la especie humana, cobra cada día más aciertos a la luz de las actuaciones de los autómatas de ese pensamiento maligno, infiltrado en todos los resortes de la vida hoy en día globalizada.
El racismo forma parte de las culturas encerradas en si mismas, con muros psicológicos que les impide ver que hay detrás de ellos, en la mayoría de los casos son levantados por protegerse y no ser vulnerables a las demás, por falta de solidez argumental o adaptación al medio sociológico de la humanidad, creando guetos y enfrentamientos sociales. Por lo que es fuente de conflictos tanto dentro de una sociedad como entre naciones, generando desconfianzas y venganzas que la especie humana alimenta su ego de ellas, para sus desgracias. Pero la historia nos ha enseñado que la humanidad vive, porque no muere en ella la naturaleza de sobrevivir al mal y lo supera volviendo a su naturaleza de una especie sociable.
Todo esto dentro de lo que cabe, se desarrolla en ámbito de las características de la especie humana, hasta que aparece el sionismo y nos invaden las dudas; que si somos capaces de superar esa desgracia, debido al camuflaje bien hecho que engaña a la especie humana penetrando en su tejido social, como algo amigable, hasta que se apodera de nuestras estructuras: sociales, económicas, culturales…etc. entonces descifrar su código genético nos es muy complicado, por falta de antecedentes históricos de racismo conocidos. No es una enigmática de aciertos o desaciertos, es de desconocimiento que la humanidad está experimentando ante un fenómeno extraño, por lo tanto no está pudiendo, poner fin a ello a pesar de todas las evidencias que cada día saltan a la vista. La ceguera voluntaria que invade el mundo ante tal rareza del sujeto (el sionismo) hace que cobre protagonismo la idea de que es tal la influencia de ese pensamiento en los abducidos por él, que no deja lugar a duda que este engendro no tiene naturaleza conocida.
Sociedad racista, sociedad sionista, es la actualidad que vive el mundo hoy en día sin darse cuenta de ello… es como el agua que penetra en todas partes hasta llegar a ahogarnos a todos, creyendo que estamos nadando en prosperidad, que el sionismo alcanza al poner su maquinaria económica apoderándose de nuestro destino. ¡Entonces, sálvese quien pueda!
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